La imagen del parachico en los últimos tiempos, se ha considerado como una imagen respetada y orgullosa para los chiapanecos, heredera una herencia cultural iniciando desde su creación a través de la historia del estado chiapaneco, específicamente en el municipio de Chiapa de Corzo, dicha imagen cultural, ha sido parte fundamental dentro de las costumbres y tradiciones del pueblo chiapacorceño, en actualidad fue considerado por autoridades de la UNESCO “Patrimonio Nacional de la Humanidad“, un destacado nombramiento que muchos le ha llenado de orgullo.
En entrevista con Lucero Hernández Hernández, joven destacada que a lo largo de varios años se ha de dedicado a resaltar las artes populares de su municipio y, que a través de ello a logrado diversos meritos en el rubro de la cultura chiapacorceña, convirtiéndose en la conservadora de las culturas y las artes de su municipio, en exclusiva también destacó la importancia del parachico al considerarlo como el orgullo mas grande de chiapas, en donde cada uno se involucra con ello, al formar parte de la fiesta mas grande del estado, en la tradicional fiesta de Chiapa de Corzo, celebrado en el mes de enero.
Lucero Hernández, detalló la importancia histórica del parachico, porque es ahí donde precisamente nace su esencia reflejado en el jubilo de la tradición, por ello quien se viste y se involucra en las danzas del personaje, debe de conocer bien su historia, de saber porque se dan los cantos y zapateados y, porque el parachico le compete realizarlos en compañía del tambor y carrizo, considerando la observación como parte esencial en quienes se concentran en las celebraciones y portan dicho patrimonio, sobre todo en aquellos que vienen de otros lugares.
Es considerable precisar que los accesorios que forman al parachico deben de ser precisos acorde a su significado que representa cada uno de los objetos, por citar un ejemplo Hernández Hernández, enmarcó la banda que utilizaba el parachico antiguo, en donde en la actualidad se ha convertido en la conocida chalina, también considerado en la evolución del parachico moderno, en donde dicho accesorio, aprueba símbolos e imágenes religiosos a través del bordado en lentejuelas, actualmente los jóvenes sobre todo, tristemente han distorsionado la conocida banda ó chalina, agregando frases e imágenes que no tienen nada que ver con el personaje ó bien utilizar zapatos inadecuado como los tenis, cuando anteriormente los parachicos salían en guarachos, el cual llaman a concientizar para proseguir con la conservación adecuada.
Finalmente Lucero Hernández Hernández, señaló la mala utilización que también efectúan en otros municipios, grupos de danzas, la mala participación de los parachicos en eventos sociales, políticos y culturales sin descartar también los centros de convivencias familiares, en donde grupos de personas integran la imagen del parachico como parte de un show que incluso otros lucran con ello, logrando también una grave distorsión, ausencia de conocimientos históricos y desde luego una falta de respeto hacia una imagen que nació en Chiapa de Corzo para el mundo.
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El bullicio comienza el día 9 de enero, cuando las "chuntá", jóvenes disfrazados de mujeres recorren las calles de la población con faldas floreadas, con tocados y sombreros, maquillados o enmascarados, llevando canastas llenas de banderas de papel, y bailando el movido Bayashando, acompañado del redoblar de los tambores. Al frente del grupo vienen los"abrecampo", que provocan la risa de los asistentes. Se dice que esta costumbre tiene su origen en las mujeres que acompañaron a la señora de Angulo o bien que es una celebración ligada a la época de las cosechas.
En día 13 se velan las ramas que, adornadas con frutas y flores, se llevan en la madrugada deldía 14 al barrio de San Jacinto, al Señor de Esquipulas. Allí hay marimba, el cálido aire se mezcla con el olor de la pólvora de los cuetes, los nanches y los jocotes curtidos. El templo es un jardín florido pletórico de azucenas, gladiolas, nubes, dalias, crisantemos, claveles, nardos y margaritas y de “enramas "adornadas con papayas, sandías, guineos, piñas, guías de jocotes, ramos de limas, cocos y pan de rosca. Los santos apenas si se notan entre las flores y el humo del estoraque. En la comida comunal se sirve “cochito" con arroz, chanfaina y tradicional tasajo con pepita.
El día 15, dedicado al Cristo negro de Esquipulas, aparecen los “Parachicos". Es imprecisa la explicación de su origen, hay quien dice que son representación de los comerciantes que, engalanados, iban a la fiesta "para el chico", otros aseguran que son los acompañantes y los mayordomos de la señora Angulo que repartían la comida, o bien los patrones de cabellos rubios y capas de fiesta.
Los Parachicos lucen una montera de ixtle a manera de peluca, es la cabellera rubia, además de una preciosa máscara -que imita las facciones del español-, con ojos comprados o manufacturados por el artesano, con vidrio fundido sobre un molde y decorado como una pupila.
Portan dos paliacates, uno que cubre la cabeza, y el otro que se sujeta alrededor del cuello con el fin de afianzar la máscara.
Aseguradas en la cintura y sobre las piernas, los Parachicos llevan unas chalinas de seda con flores bordadas, en chaquira y lentejuela, sobre el pecho dos cintas entrecruzadas, en las manos un "chinchín" o sonaja de hojalata. Un sarape de Saltillo (de Chiauhtempan, Tlaxcala) atravesado, completa el atuendo.
Los Parachicos aparecen por todo el pueblo, van por las banderas a San Gregorio, el templo de la loma, para bajarlas a la iglesia grande y entre danza y música, patrón y prioste, llevan a San Antonio Abad a las ermitas del Consagrado y de San Antonabal. ¡Allí vienen los Parachicos! es el grito que se oye por doquier.
Después del canto del Nambujó, que entonaba el patrón en el atrio de la iglesia, al ritmo de la guitarra, el tambor y la flauta, gritan "Parachico me pediste, parachico te daré y al compás del tamborcito, mi chinchín te sonaré", la fiesta continúa. Las muchachas, que visten el precioso vestido de contado y bordado de tul de vuelos con flores multicolores, llenan las calles y la plaza, llevan sus jícaras recubiertas de maque, prestas a llenar de confeti a los asistentes.
Fuentes varias de Internet
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