Circo de Soaso y las Tres Sorores: Cilindro, Monte Perdido
y Soum de Ramond o Pico Añisclo (de izquierda a derecha)
desde la Faja de Pelay.
Ruben García Blázquez
Las expediciones del botánico y geólogo francés Ramond de Carbonnières, que holló por primera vez la cima de Monte Perdido en 1802; el trabajo divulgador del fotógrafo y escritor Lucien Briet y las andanzas de otros pirineístas contribuyeron a que en 1918 el valle de Ordesa fuera declarado Parque Nacional. Es el segundo más longevo de España, tras Picos de Europa, y fue ampliado en 1982 hasta las 15.608 hectáreas que hoy conforman el macizo de Monte Perdido y los valles de Ordesa, Pineta, Escuaín y Añisclo.
Últimas luces sobre la cima de Monte Perdido (3.348 metros)
desde el refugio de Góriz.
Ruben García Blázquez
Punta y paredes de Mondarruego desde Torla.
Ruben García Blázquez
La mejor toma de contacto con el Parque oscense tiene lugar en el centro de visitantes de Torla. El reto, la sabiduría y la fuerza que representan las montañas se dejan sentir en la combinación de paneles informativos, maquetas y piezas audiovisuales que están a disposición del público. Este punto de información y exposición permanente recoge aspectos de la flora, fauna, geología, etnografía y hasta la mandíbula fósil de un cocodrilo que habitó en Ordesa hace 57 millones de años.
El Gallinero sobre un tupido bosque mixto
desde la pradera de Ordesa.
Rubén García Blázquez
Centro de Visitantes de Torla.
Panel introductorio al espacio "La vitalidad".
Rubén García Blázquez
Pantalla de proyección y detalle del diván "Sensaciones".
Rubén García Blázquez
Pantallas cilíndricas y escultura de cuerda.
Rubén García Blázquez
Carteles informativos en la pradera de Ordesa.
Rubén García Blázquez
Varias decenas de rutas señalizadas surcan todas las vertientes del Parque Nacional. Hay que acudir a la montaña en compañía, sin temor pero con respeto y con la experiencia y la forma física que exige el itinerario que se desea realizar. La ropa y el equipo debe ser el adecuado, ya que que puede variar el tiempo y la temperatura durante la marcha, y siempre hay que consultar los partes meteorológicos que proporciona el personal del Parque. En los puntos de partida hay carteles con consejos, la normativa vigente y las características y duración aproximada de cada ruta. El recorrido más transitado de Ordesa es el que conduce hasta la fotogénica cascada de la Cola de Caballo. El trayecto salva un desnivel de 550 metros. La senda atraviesa un tupido bosque mixto y descubre a su paso las cascadas de Arripas, La Cueva y El Estrecho. Superado el desnivel se accede al circo de Soaso, un inmenso cuenco tapizado de hierba donde se forma el salto de agua más fotografiado del Parque.
Río Arazas a contraluz desde las cercanías de la pradera (izquierda)
y vista desde la Faja de Pelay (derecha).
Rubén García Blázquez
Hojas de haya (Fagus sylvatica).
Rubén García Blázquez
Hayedo.
Rubén García Blázquez
Calzadas de la Cueva (izquierda)
y del Estrecho (derecha).
Rubén García Blázquez
Cascada "Cola de Caballo".
Rubén García Blázquez
Esqueleto de pino negro (Pinus uncinata)
y Cascada de Cotatuero
desde la Senda de los Cazadores.
Rubén García Blázquez
Los más preparados pueden tomar desde la pradera de Ordesa la exigente Senda de los Cazadores. La subida salva un desnivel positivo de 650 metros en algo más de una hora y media y va trazando un excalestric por el hayedo hasta alcanzar los dominios del pino negro (Pinus uncinata), un auténtico equilibrista de los roquedos que crece a partir de los 1.600 metros de altitud y que pace acompañado de rododendros. Durante el ascenso fascina el Circo de Cotatuero rasgado por su interminable cascada y las vistas, cada vez más lejanas, del aparcamiento y la pradera. En el alto espera el mirador de Calcilarruego, un anfiteatro de vértigo con vistas frontales al Racón, el Gallinero y la Faja de las Flores. Con las reservas de oxígeno restablecidas, se llanea a continuación por la Faja de Pelay, un cinturón bajo la Sierra de las Cutas desde el que se obtiene una vista casi aérea del valle de Ordesa. Un encuadre privilegiado del surco que deja el río Arazas entre las hayas, del Circo de Soaso, Sierra Custodia y las figuras dominantes de las Tres Sorores.
Mirador de Calcilarruego con vistas al Gallinero y la Faja de las Flores.
Bajo las nubes, a la izquierda el Casco, en el centro el pico Descargador
y a la derecha La Torre.
Rubén García Blázquez
Pino negro (Pinus uncinata) desde la Faja de Pelay.
Al fondo el Pico de Otal y la Sierra de la Tendeñera.
Rubén García Blázquez
Sierra de las Cutas sobre la Faja de Pelay.
Rubén García Blázquez
Rododendro (Rhododendron ferrugineum).
Arbusto perenne de alta montaña que florece en verano.
Rubén García Blázquez
Quebrantahuesos (Gypaetus barbatus).
Rapaz osteófaga con una envergadura media de 2,5 metros.
E. Viñuales, cedida por el Gobierno de Aragón
Fuente: Eroski Consumer
Ya puede usted cerrar la boca que la admiración por estos paisajes le mantuvo abierta unos minutos.
¿Imagina lo que es este lugar visto personalmente?
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