Una nueva ley en Hungría prohíbe fotografiar personas en la calle sin su consentimiento expreso.
(Un envío de Fernando Mengui)
Vigente desde hace unos días, la norma afecta a todas las personas que puedan aparecer en una escena y ya ha despertado duras críticas entre los fotógrafos.
Salir a fotografiar por las calles de Hungría es, desde el pasado día 15, más complicado. Y es que la entrada en vigor de un nuevo código civil prohíbe expresamente retratar a personas que no hayan dado su consentimiento al fotógrafo. Una ley polémica porque no se refiere a los potenciales protagonistas de una foto de calle, sino a todas las personas que aparezcan dentro del encuadre.
Según las autoridades húngaras, en realidad la nueva norma simplemente pone en papel las medidas que ya llevaban tiempo en práctica y que contemplan la necesidad de un permiso expreso no sólo para publicar una fotografía –algo más acorde a la legislación de otros países- sino incluso para realizarla.
En todo caso, son numerosas las lagunas existentes sobre los detalles de esta ley y su marco de actuación y aplicación. Una ley que, eso sí, llega en un contexto de retroceso en las libertades civiles de Hungría de la mano del gobierno conservador de Viktor Orbán, tal y como la propia Unión Europea ha denunciado en los últimos meses.
Los fotógrafos coinciden en calificar la ley de absurda e imposible de aplicar, y temen por sus efectos sobre la libertad de prensa
Más allá de los interrogantes que una norma así puede suscitar (¿también se verán afectadas las típicas fotos de los turistas en Budapest, una de las ciudades más visitadas de Europa?) o de los problemas que puede suponer para los aficionados a la fotografía callejera, la medida no ha tardado en despertar las críticas de los profesionales.
Según recoge The Guardian, los fotógrafos coinciden en calificar esta ley de absurda y sobre todo de irreal e imposible de aplicar. También son evidentes los efectos que la norma podría tener a la hora de dificultar el trabajo de los fotoperiodistas.
Los reporteros se quejan de que en ningún caso se ha tenido en cuenta su criterio antes de sacar adelante esta ley. También temen por sus efectos sobre la libertad de prensa, pues la norma podría ser usada para impedir que los fotógrafos cubran ciertos actos o que cualquier ciudadano retrate eventuales excesos policiales.
A día de hoy los medios en Hungría ya tienen la obligación de pixelar el rostro de los policías en las imágenes que publican. En España, a finales del año pasado, el anteproyecto de la nueva Ley de Seguridad Ciudadana también causó una gran polémica por dejar la puerta abierta a la prohibición de fotografiar policías, si bien el gobierno matizó que sólo se penaría el uso "malintencionado" de dichas imágenes.
“Nadie sabe muy bien cómo se va a poner en práctica esta ley ni lo que se pretende con ella”, comenta a The Guardian uno de los fotógrafos en Hungría. Robert Capa, de origen húngaro, estaría avergonzado, apunta otro.
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